Que conste que esto no va en absoluto contra el señor Miralles por su texto sino por la perplejidad que produce la existencia de LA ESPERANZA, de reuniones de gentes, no consta quienes, en Tafalla (donde se atribuye presencia y texto a D. Luis Gismero), Rioja, y otros lugares aunque al parecer el objeto de tales reuniones es LA VIEJA REUNIFICACION DEL CARLISMO EN LA DERECHA de resultados ya conocidos dando entrada a la Reaccion que tantas campañas ha hecho contra el Partido Carlista (Avant en el caso de Valencia) estos años. Repetimos, esto no es con el señor Miralles por mas que una parte importante de su texto lo suscribiriamos pero es la perplejidad.
No tenemos noticia alguna de que el señor SGF elegido en el ultimo Congreso haya dicho esta boca es mia ni nada parecido en los dos meses que lleva de mandato salvo informarnos de lo obvio. Y seguimos esperando y pensando que alguien confunde la COMPLEJIDAD CON LA PERPLEJIDAD. O quiza los galgos con los podencos. Las reuniones citadas ¿Son del Partido, al margen del Partido o, como parece, con el objetivo futuro de sustituir al Partido Carlista por una especie de CEDA carlista? Que nos ilustren a los pobres desconocedores.
La pregunta de Miralles sobre el apoyo a los militares del 18 de Julio desde luego tendria que levantar ronchas en esas gentes que se olvidan del Carlismo para invocar a la Patria España en tan destacada fecha. Otra pregunta publica ¿Han asistido representantes autorizados del Partido Carlista a las citadas reuniones, van por libre o han hecho cursos de aviranetas en academias actuales?
Este texto esta siendo enviado a militantes carlistas en union de la biografia de Miralles que como puede observarse sus interrogantes son de excelente factura:
COMENTARIOS
A “LA ESPERANZA” DE ENERO DE 2013
Estimados
correligionarios:
He
leído con mucha atención e interés el Boletín “La Esperanza”
porque soy carlista, hijo de carlistas (mi padre fue Requeté y mi
madre fue “Margarita” de “Frentes y Hospitales”). Así que,
por el amor que siento hacia el carlismo, me agrada la idea de que se
conozca y se propague. Es por eso que, en principio, estoy bastante
de acuerdo con sus intenciones, pero hemos de ser sinceros y procurar
no engañarnos a nosotros mismos.
Aunque
me gustaría participar, lamento no poder asistir a las reuniones, ya
que motivos que no vienen al caso me impiden poder hacerlo
ahora. Sin embargo, me gustaría poder tener noticias de cuanto se
haga.
Con
este escrito quiero pues participar haciéndome eco de lo que se dice
en “La Esperanza” que agradeceríais que os remitiéramos
cualquier aportación, comentario, noticia o actividad carlista, en
torno al boletín, y, consecuentemente, a estos acuerdos de las
reuniones de Tafalla, Madrid, La Rioja y Tarragona.
Es
por eso que me dirijo a vosotros para aportar algunas reflexiones y
hacer algunas consideraciones sobre lo anotado en el boletín. Quiero
hacerlo con el máximo respeto, pero, a la vez, tratando de ser fiel
a la verdad o al menos a mi verdad.
Intentaré
hacer los comentarios por orden, siguiendo el texto del boletín.
Se
habla de “Recuperar
una identidad común” pero
considero que en el carlismo nunca hubo una identidad tan común como
se suele pensar.
Estoy
de acuerdo en la importancia que se da al cristianismo en el texto
pero no veo correcta la palabra “dando” en
la frase donde dice: “Una
sociedad con Dios es la que […] dando libertad
para practicar o no.” Entiendo
que la libertad no se da,
sino que se reconoce ya
que el hombre nace libre.
Sinceramente,
si, como se dice, se desea “recuperar
nuestro lenguaje, nuestra identidad común y nuestros lemas,
actualizando el mensaje para abrirnos a la sociedad” me
parece fuera de lugar el sentido nostálgico que se le da a España
con la frase de que “fue
la más poderosa del siglo XVI” así
como tampoco estoy de acuerdo en que fuera “la
unidad que nos hacía políticamente fuertes”, porque
pienso que esa supuesta fortaleza no fue“posible
porque se respetó la diversidad”,o
al menos, no sólo por eso, sino por el poderío material de España
con su imperio.
Estoy
de acuerdo con la frase de Carlos VII pero creo que no solamente
hablaba de la pobreza de los ministros, sino de la del propio rey. A
continuación se dice que“nuestros
reyes no vivieron ricos, tuvieron los mismos exilios que sus
soldados, pudieron llevar una vida fácil solo con ceder y no lo
hicieron...” Al
respecto, huyendo de idealizaciones ilusas, quisiera comentar que a
pesar de compartir el exilio –cosa bien cierta-, no creo que
compartieran la misma pobreza que la mayor parte de exiliados.
No
sé a quienes se refiere en el texto cuando dice “quisieron
ser reyes de todos y no liderar una facción.”¿Se
refiere a todos los españoles o a todos los carlistas?, porque en
relación a todos los españoles, los reyes carlistas sí que lo
fueron de una facción o un partido, el partido carlista, frente al
isabelino, alfonsino, juanista, junacarlista o republicano.
Se
dice también refiriéndose a los reyes carlistas que “Su
legitimidad no la obtuvieron de un golpe de estado” y
es cierto en general, pero,
independientemente de las razones que se pudieran tener, ¿qué fue
el intento del General Ortega en el desembarco de San Carles de la
Rápita? ¿Y el apoyo a los militares el 18 de julio? ¿Se hubiera
aceptado la legitimidad de habérsele concedido la corona al rey
carlista?
COMENTARIOS
EN TORNO AL ACTA DE TAFALLA
En
el punto 4º se dice que “La
adecuación del mensaje político del carlismo para hacerlo más
funcional y comprensible, implica una seria labor de sistematización
y actualización. Pero la modernización de las formas no significa
la homologación del fondo de nuestro pensamiento con el de otras
organizaciones. Ello significaría una mutación de identidad.
Debemos seguir siendo “nosotros”. Y tener claro el contenido y
alcance de ese “nosotros”Sobre
este punto hablaré más adelante.
En
el punto 5º se habla de “La
credibilidad del carlismo como opción política con voluntad de
participación y representación social...” ¿opción
política para qué? ¿para engrosar la partitocracia? Hablaré más
adelante también de la representación política no partitocrática.
Se
dice también que “Si
no somos capaces de presentar un modelo plural para una España
plural, estaremos clausurando la Causa.” Y
yo pienso, como ya he dicho anteriormente: ¿Acaso el carlismo no fue
siempre plural? Bajo la bandera del Dios, Patria Fueros y Rey, tan
generalista -excepto por lo de los Fueros-, cabía prácticamente
todo aunque, hay que decirlo, esa pluralidad en realidad se cerró
también para los que tenían una concepción distinta de Dios, de la
Patria y del Rey o para los sin Dios (o sin el Dios católico), sin
Patria (internacionalistas o libertarios) y sin Rey (republicanos o
no legitimistas). Hoy supongo que las cosas serán distintas, porque
hay carlistas no creyentes, agnósticos, e incluso de otras
religiones como musulmanes o protestantes; la misma Ana María,
esposa de Carlos Javier, es cristiana pero no católica.
En
el punto 7º de habla de Carlos Javier como “Rey de todos” de
nuevo hago la pregunta ¿Qué se entiende por “todos”, sólo los
carlistas o todo el pueblo?
COMENTARIOS
SOBRE EL ACTA DE MADRID
Cuando
se habla de “El
respeto a todas opiniones, corrientes y organizaciones que
actualmente se dan en el Carlismo”me
remito a lo que ya dije más arriba cuando hablé de las dificultades
de“recuperar
una identidad común” puesto
que considero que no hubo una identidad tan común como pensamos.
Sobre “La
necesidad de recuperar nuestro lenguaje, nuestra identidad común y
nuestros lemas, actualizando el mensaje para abrirnos a la
sociedad” que
en realidad es un complemento de otro párrafo anterior en el que se
dice que“puede
que algunos hayamos equivocado a veces el vino con la etiqueta, si el
vino es bueno, para venderlo habrá que hacer más atractiva la
botella o la marca pero no enturbiar el vino ni mezclarlo con el de
otros, haciéndole perder su identidad”,
hay que recordar que, al sistematizar la doctrina del carlismo hace
100 años o más, Vázquez de Mella ya introdujo nuevos conceptos
para “actualizar
el mensaje”.Tuvo
sus seguidores en la época de la guerra civil y antes –Gil Robles,
Larramendi, Solana, Araúz, etc- y más tarde, en la época de D.
Javier y de Carlos Hugo, los carlistas comprometidos contra la
dictadura franquista volvieron a “actualizar el mensaje”
Más
aún, en el terreno de la práctica política y social, en las
primeras décadas del siglo pasado, los carlistas crearon sindicatos
obreros –independientes de los católicos y, en Cataluña, por
cierto, muy patriotas españoles- que a la vez que practicaban la
lucha de clases denunciaban el capitalismo. Pero paralelamente, otros
carlistas practicaban el otro “patriotismo”, el periférico,
planteando estatutos de autonomía –más “autónomos” que los
de ahora- en Cataluña y País Vasco-Navarra.
Se
habla también de “la
doctrina (principio de subsidiariedad, estados intermedios, etc.) que
el Carlismo siempre ha mantenido” en
ese etc. sería importante añadir conceptos como el de
socialismo -“sociedalismo” en lenguaje de Mella-, el comunalismo
(propiedades comunales), el municipalismo (recuperación de los
Concejos Abiertos), la democracia participativa... conceptos todos
que anotaron Vázquez de Mella y/o sus discípulos.
En
este sentido, quiero hacer un paréntesis y resaltar que, desde fuera
del carlismo, también personajes como Unamuno vieron en sus
orígenes “aquel
empuje profundamente laico, democrático y popular” (En torno al
casticismo); en
carta a Joaquín Costa de 31-10-1895, hablándole de la tercera
guerra carlista dice que “una
de las cosas que se descubre en ella es un fondo grande de socialismo
rural” y
habla de “un
plan de gobierno que presentaron a don Carlos en 1874 don José
Indalecio de Caso, don Julio Nombela (que vive en éste aún) y el
canónigo Vicente Manterola [...] esta curiosísima utopía
socialista […] Por mi parte podría añadir a tal plan buen número
de proclamas, y manifiestos y pasajes de folletos carlistas (de los
que precedieron a la guerra) en demostración de que las ideas
crudamente descentralizadoras (guerra a la ciudad) y socialistas del
tal plan era expresión del sentimiento de las masas carlistas”. Y
en otra obra el mismo autor se anota que “el
carlismo pude decirse que nació contra la desamortización, no solo
de los bienes del clero y los religiosos, sino de los bienes del
común” (Sobre
la tumba de Costa)
y que con las tierras desamortizadas “se
corroboró y fomentó el odioso régimen económico actual” (La
crisis actual del patriotismo español).
En El
porvenir de España dice
que “el
revivir del carlismo no es más que un mero síntoma del regionalismo
en cierto modo socialista o del socialismo regionalista”
Y
es que, cuando en el punto 4º de la Reunión de La Rioja, se habla
de la“necesidad
de recuperar el lenguaje político que siempre nos caracterizó,
dejando una serie de vocablos que nos son ajenos y que han hecho que
muchos carlistas se hayan alejado, por no sentirse identificados con
ellos” convendrá
recordar que Vázquez de Mella, cuando habló de “sociedalismo”
fue porque los socialistas le habían arrebatado la palabra exacta de
“socialismo” y, si ahora en “La Esperanza” se habla de
actualización del lenguaje, conviene recordar que cuando los
pensadores carlistas hablaron de “auténtica democracia”
“democracia directa” o “democracia participativa” eso tiene
un nombre también genuinamente carlista que ya se actualizó hace 40
años y lo acuñaron D. Javier y Carlos Hugo: “autogestión” a
todos los niveles, o sea “global” ¿Nos suena La
vía carlista al socialismo autogestionario?
Sabemos que el “socialismo” no está ya de moda y, además está
muy desprestigiado, pero tampoco el carlismo está de moda y queremos
mantenerlo. Nuestro socialismo no tiene nada que ver con el
socialismo de Estado; es socialismo genuino porque parte de la
sociedad y quiere estar al servicio de la sociedad. Por eso, un autor
carlista, Pedro José Zabala, en Carlismo
rebelde, escribía
de socialismo en 1968, antes que lo hicieran D. Javier y Carlos Hugo,
en estos términos: “esta
visión mellista de la política que consiste, en esencia, en la
afirmación de la sociedad frente al Estado, en lógica legítima
debe llamarse socialismo. Mella así lo advirtió y se quejó de la
usurpación con que esta corriente que se basa en la inflación del
Estado desvirtuó el significado del socialismo”
Volviendo
a la reunión de Madrid, cuando se habla de “desarrollar
actividades concretas [como] misas
por los Mártires de la Tradición”, me
parece que tampoco encaja en la “adecuación
del mensaje político”. Por
eso, si se nos habla de “la
modernización de las formas” sería
mejor decir “misas por los correligionarios difuntos” puesto que
no todos fueron “mártires”; algunos, como sucede
desgraciadamente en todas las guerras, fueron “victimarios”.
Respecto
a “llevar
propuestas políticas de ilusión y esperanza a la actual
sociedad” así
como lo de “estando
presentes en la sociedad española”,
creo que lo más apropiado ahora serían acciones como las del
movimiento 15 M.
SOBRE
EL ACTA DE HARO
Se
habla de “...aunar
voluntades y sirva a la vez para dar, si es posible, una respuesta
común a los problemas que nuestra ideología tiene en la actualidad,
así mismo, a los de nuestra sociedad bajo el punto de vista de
nuestro pensamiento.” Pero
insisto en que nuestra ideología y nuestro pensamiento son plurales
y muy dispares.
De
nuevo ante la frase de que “el
carlismo vuelva a ser la voz de nuestro pueblo”, convendría
dejar claro en el documento a qué pueblo se refiere ¿al de las
Españas o al pueblo carlista?
Respecto
al punto 3º sobre aceptar “los
principios de subsidiariedad y solidaridad, como elementos
fundamentales de la organización política, dejando de un lado
antiguos enfrentamientos, que hagan muy difícil un acuerdo para
caminar juntos” pienso
que son unos principios tan vagos que, como los de Dios, Patria,
Fueros, y Rey, comprometen a poca cosa por su poca concreción o
desarrollo.
Sobre
el punto 4º ya he expuesto más arriba lo que pienso.
En
el punto 9º estoy muy de acuerdo, pero frente a
la “partitocracia” que
es la representación ideológico-partidista exclusiva, el carlismo
propuso otras representaciones paralelas a la ideológica/partidista:
la sindical, o sea, la de los trabajadores y/o productores (los que
producen, no los que especulan como bancos, financieras, etc.), y la
de las regiones -concepto geográfico, por tanto incorrecto
políticamente- es decir, las de los territorios forales (o
nacionalidades, si queremos actualizar el lenguaje).
Sobre
el texto de la reunión de TARRAGONA del 18 de diciembre, no tengo
nada que decir.
En
fin, compañeros, espero que estas reflexiones mías si se quieren
tener en cuenta, sirvan de algo para futuros encuentros.
Saludos
cordiales:
Josep
Miralles Climent
Castelló
de la Plana, 16 de enero de 2013
JOSEP MIRALLES CLIMENT,
(Castelló 1951)
Hijo y nieto de
carlistas, fue militante activo desde su adolescencia. Durante la
dictadura franquista fue detenido y encarcelado en cuatro ocasiones
por sus actividades políticas carlistas y también por su actividad
sindical en el ramo metalúrgico (fundador de Comisiones Obreras en
su comarca, perteneció a la Coordinadora del Frente Obrero del
Partido Carlista). Fue sancionado económicamente en tres ocasiones y
procesado, pero la llegada de la amnistía le liberó de una posible
condena.
En enero de 2012, le fue
concedida la Cruz de la Orden de la Legitimidad Proscrita por don
Carlos Javier de Borbón Parma en el acto carlista del Monestir se
Santa Maria del Puig.
Con casi 50 años se
licenció en Geografía e Historia y DEA por la UNED. Actualmente
está terminando la tesis doctoral sobre el carlismo (1965 y 1980) en
la Universidad Jaime I de Castelló. Ha participado con ponencias y
comunicaciones en diversos congresos. Es miembro del “Grup per a la
Recerca de la Memoria Històrica de Castelló” y del “Seminari
d’Història Local i Fonts Orals de la Universitat Jaime I”.
Algunos de sus
trabajos de investigación han sido difundidos por publicaciones
castellonenses como “Estudios Castellonenses” y “Sociedad
Castellonense de Cultura”, o del mundo de las fiestas como
“Cadafal” o “Colla Rebombori”. También ha publicado trabajos
de investigación patrocinados por otras instituciones catalanas como
la “Fundació Francesc Ribalta” o el “Institut Ramon Muntaner”.
Es autor de libros
como Los heterodoxos de la causa, Huerga y Fierro Editores,
Madrid 2001; El carlismo frente al Estado español: rebelión,
cultura y lucha política, BPC, Madrid, 2004; Estudiantes y
obreros carlistas durante la dictadura franquista. La A.E.T., el
M.O.T. y la F.O.S. Ediciones Arcos, Madrid, 2007; Realitat o
mite? L’heròica defensa de Castelló, Ajuntament de Castelló,
2008; Carlismo y represión franquista. Tres estudios sobre la
guerra civil y la posguerra, Arcos, Madrid 2009, (En colaboración
con Manuel Martorell y con prólogo de José Andrés-Gallego, del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas – Centro de
Ciencias Humanas y Sociales).
Como miembro del
equipo de redacción del Diccionari Biogràfic de Dones de la Xarxa
Vives d’Universitats tiene publicadas, en internet, 11 biografías
de mujeres carlistas del ámbito geográfico de habla catalana.
También ha escrito
artículos de carácter histórico, cultural o político en la prensa
valenciana como “Mediterráneo” o “Levante”
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