4 dic 2012

Memoria del 76


Esta entrada consta de la reseña de Wikipedia sobre el Montejurra 76 y del reportaje publicado en enero de este año en Diario de Noticias de Navarra sobre el mismo asunto. Los comentarios de las fotos son del blog.

Lo que dice de nosotros la Wikipedia:

NOTAS
(1) Lo de la alianza politica con el PCE no es exacto, el PCE era uno mas en la Junta Democratica y ese es el unico sentido en el que puede hablarse de alianza con el PCE, lo que no impide que años despues la candidatura carlista en Aragon se realizara con el Movimiento Comunista de Aragon de Mercedes Gallizo, actualmente en el PSOE (hay lealtades que crujen...), e independientes como el cabeza de lista Carlos Camo y con Carlos Carnicero y el SG del Partido Carlista de Aragon Gomez Tutor en la candidatura. El denominado Grito de Caspe en una gran concentracion de las izquierdas del ex Jefe Regional de Aragon Ildefonso Sanchez Romeo y editor de ESFUERZO COMUN,  VIVA LA REPUBLICA FEDERAL DE ARAGON dejaba bastante claro que hasta los carlistas que hicieron la guerra, el la habia hecho, cuestion monarquica incluida en aquel entonces, tenian las ideas bastante claras de a donde ibamos. Y recuerden que el Jefe de asesinos sigue libre, jamas fue juzgado y sus instigadores, complices y herederos estan entre nosotros y atacando como entonces al Partido Carlista.

Que tiempos, Carlitos.

Tras perder las siguientes elecciones se marcho. Y no se fue solo.


Wikipedia.

Sucesos de Montejurra 1




Vista de Montejurra desde el Monasterio de Irache.

Los sucesos de Montejurra tuvieron lugar el 9 de mayo de 1976, en los inicios de la transición,
durante la romería anual que desde los años 40 del siglo XX los carlistas seguidores de Javier de
Borbón-Parma realizan en el monte navarro de Montejurra.

En el transcurso de la romería, el denominado búnker franquista, que aún controlaba los
resortes del Estado y los sectores ultraderechistas del carlismo, agrupados en torno a Sixto de
Borbón-Parma, hermano del pretendiente carlista Carlos Hugo y enfrentado a él, preparó una
operación violenta contra el Partido Carlista y los seguidores de Carlos Hugo para promover la
"entronización" de Sixto como líder del carlismo. En dicha operación, en la que tomaron parte también mercenarios neofascistas italianos y argentinos, grupos armados de partidarios de Sixto de Borbón abrieron fuego de forma premeditada, sin que mediara provocación, contra los participantes en la romería. Resultaron muertas dos personas (Ricardo García Pellejero y
Aniano Jiménez Santos), y hubo varios heridos.

Aquel orden que algunos añoran en el Partido Popular.
 

Los responsables de las muertes fueron identificados, pero gracias a la Ley de Amnistía de 1977, fueron puestos en libertad ese mismo año. En 2003 la justicia española reconoció a Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez Santos la condición de víctimas del terrorismo.[1]

Antecedentes
Tras el Decreto de Unificación promulgado por Franco en 1937 (que integraba a falangistas y tradicionalistas en un partido único, la Falange, a partir de entonces denominada Tradicionalista, más conocida como Movimiento Nacional), se produjo un gran malestar en las filas de carlismo, que se agudizó tras el final de la Guerra Civil. Los partidarios de Javier de Borbón-Parma, nombrado regente tras la muerte de Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este, no aceptaron la unificación (en 1937 el regente declaró expulsados de la familia carlista a los que habían aceptado la unificación) y prosiguieron su actuación política, que fue evolucionando, al margen del carlismo
oficial, hacia el socialismo autogestionario y un programa federalista. 
 El robaboinas, tambien se llevo el himno y la bandera. Nunca fue juzgado.

En 1975, Javier de Borbón-Parma abdicó en su hijo Carlos Hugo de Borbón-Parma, creador del moderno Partido Carlista (1968).

 Sixto traiciono a su padre y a su hermano dirigiendo a los terroristas.


La romería de Montejurra de 1976
En un ambiente de gran crispación política (el primer gobierno de la monarquía, presidido por Carlos Arias Navarro, estaba sumido en la inoperancia, ante las resistencias del presidente para avanzar en la reforma política; la conflictividad social y laboral iba en aumento y, en marzo, habían tenido lugar los denominados sucesos de Vitoria, que se habían saldado con cinco trabajadores muertos), el Partido Carlista convocó la subida anual a Montejurra, desde el Monasterio de Irache, con el lema "Una cita para el pueblo". El Partido Carlista, miembro de la Junta Democrática, mantenía una alianza política con el Partido Comunista de España. A la romería fueron invitados una veintena de partidos y organizaciones políticas de la izquierda democrática (PCE, PSUC, PTE, ORT, MCE, PSP, PSOE...)
El asalto de los fascistas en Irache

Sucesos de Montejurra 2
La romería se había convocado para el 9 de mayo, domingo. Aunque el carácter del acto sería fundamentalmente político, como en ocasiones anteriores se solicitó permiso para la celebración de un viacrucis durante la subida al monte, en cuya cima tendría lugar una misa. El acto fue autorizado por el gobierno al considerar el ministro de Gobernación, Manuel Fraga, que la prohibición del acto podría ser más negativa que su celebración.[2]

El complot
Desde los sectores ultraderechistas del carlismo, pertenecientes al denominado búnker, se promovía el liderazgo de Sixto de Borbón-Parma, hermano del pretendiente carlista Carlos Hugo, para neutralizar a la facción izquierdista del carlismo. El complot fue organizado por los aparatos de seguridad del Estado, a través de la denominada Operación Reconquista. El general de la Guardia Civil José Antonio Sáenz de Santa María, en la fecha de los sucesos jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil y persona muy relevante durante la Transición, antes de morir, reveló que fue el propio Estado el que, ante la evolución del carlismo, trató de crear un "contrapoder" alrededor de la figura de Sixto de Borbón, por medio del servicio de inteligencia SECED, creado por el almirante Carrero Blanco (sustituido en 1977 por el CESID, actual CNI), y de la Guardia Civil (de acuerdo con el testimonio del general Sáenz de Santa María, el director de la Guardia Civil le habría manifestado que el plan era conocido y aprobado por el ministro de gobernación Manuel Fraga[3] y por el presidente Arias Navarro[4]).

                               El aragones Esfuerzo Comun, punta de lanza de la prensa carlista. Sus multas y secuestros batieron todos los records.
 
Además de altos cargos de los cuerpos de seguridad del Estado, como el general Angel Campano, director de la Guardia Civil (en cuyo despacho se gestó la operación), y el general Salvador Bujanda, subdirector general del mismo cuerpo, en la conspiración estuvieron implicados también Antonio María de Oriol y Urquijo, entonces presidente del Consejo de Estado, Juan María de Araluce, presidente de la Diputación Provincial de Guipúzcoa, y José Ruiz de Gordoa, gobernador civil de Navarra:[5]

Por su parte, el general Sáenz de Santamaría, quien era en la fecha de los sucesos jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, afirmó que el Seced había facilitado a los mercenarios extranjeros gran cantidad de bastones y cachabos para agredir a los carlistas y que «la financiación de la operación corrió a cargo de señor Oriol Urquijo».
El Informe Negro de Montejurra tuvo que imprimirse fuera de España.
Los mercenarios participaron en los incidentes producidos en la parte baja del monte, donde falleció Aniano Jiménez por disparos realizados por José Luis Marín García-Verde, conocido como el hombre de la gabardina.
El juguete que alguien facilito a los terroristas de Estado.

Los disparos de ametralladora que provocaron la muerte de Ricardo García Pellejero e hirieron a varios carlistas en la cima del monte fueron efectuados por ciudadanos españoles, simpatizantes de Comunión Tradicionalista.

Se pone esta foto de niño para no herir sensibilidades  ante el rostro actual de Sixto, jefe de los terroristas. Nunca fue juzgado.
                                                                      Suele visitar España sin problemas para reunirse con sus...
Para reforzar el ficticio liderazgo de Sixto de Borbón, se organizó un operativo que no sólo llevó a miembros de la facción ultraderechista del carlismo, Comunión Tradicionalista, de toda España, sino también a elementos de Guerrilleros de Cristo Rey, falangistas, militantes de Unión Nacional Española (UNE) -el partido de Fernández de la Mora- y un comando integrado por más de 20 mercenarios italianos y argentinos de ideología ultra (entre los que se encontraba también el francés Jean Pierre Cherid, que fallecería en 1984 en una acción de los GAL cuando colocaba una bomba en los bajos del vehículo de un dirigente etarra) acudieran a la romería y atacaran a los participantes en ella. Los mercenarios fueron pagados por agentes del SECED o por dirigentes de los Guerrilleros de Cristo Rey que les habían contratado.[4] Unos días antes, el gobernador civil de Navarra, José Ruiz de Gordoa, reservó 20 habitaciones en el hotel Irache de Estella, para que se alojaran Sixto de Borbón y su escolta.[6] El miércoles 5 de mayo, Sixto acudió a Estella y comió con el alcalde franquista de la localidad, Julio Ros. Dos días después, un grupo armado de sus partidarios subió a Montejurra y acampó en su cima, de forma que cuando al díasiguiente (sábado) algunos partidarios de Carlos Hugo subieron a la cumbre del monte, no pudieron acceder a ella y
se les advirtió de que no tratasen de acceder al día siguiente.[2]
El carlista Frerran Lucas herido en la defensa de Irache.

Sucesos de Montejurra 3
Los incidentes
Los incidentes tuvieron lugar primero en la parte baja del monte. Ahí los participantes de la romería fueron atacados con piedras y otros objetos contundentes, siendo aquí donde tomaron parte fundamentalmente los mercenarios. La agresión culminó con un disparo efectuado por el falangista onubense José Luis Marín García-Verde,[7] conocido como el hombre de la gabardina, resultando herido Aniano Jiménez Santos, que moriría varios días después.
 
Posteriormente ocurrieron nuevos incidentes en la cima del monte, cuando los agresores trataron de impedir el acceso a la cima a los seguidores de Carlos Hugo.

 El citado Marín García-Verde, junto con otros participantes en la agresión, ciudadanos españoles, simpatizantes de Comunión Tradicionalista, causaron la muerte de Ricardo García Pellejero e hirieron a varios carlistas mediante disparos de arma corta.[5]
 
Esos crímenes se ejecutaron en presencia y con la colaboración[4] de las fuerzas de seguridad, sin que fueran detenidos los autores ni requisadas las armas empleadas. Estos actos terroristas han sido relacionados con la Operación Gladio[cita requerida] y con la trama de terrorismo de Estado que posteriormente originaría los GAL.[4]
                                                                                    El guardaespaldas de Fraga.

Rodolfo Eduardo Almirón, ex miembro de la Triple A argentina que posteriormente sería jefe de seguridad de Alianza Popular y guardaespaldas personal de Manuel Fraga durante los últimos años de la década de 1970 y primeros de la década de 1980, y Stefano Delle Chiaie[8], terrorista de ultraderecha italiano con vínculos con la organización anticomunista de la OTAN, Gladio, estaban presentes en Montejurra este día.
Stefano dijo luego que habia hecho el trabajo sucio paea el que le contrataron los servicios secretos.



Consecuencias
A raíz de los incidentes, Sixto de Borbón fue expulsado de España,[7] sin que se le tomase declaración judicial. Con posterioridad y a requerimiento de terceros y de la acusación gestionada por el Partido Carlista, fueron detenidas varias personas acusadas de homicidio. La investigación terminó en el Tribunal de Orden Público, cuyo juez la cerró el 4 de enero de 1977 con el procesamiento de tres personas: José Luis Marín García-Verde, como responsable de los asesinatos, Arturo Márquez de Prado y Francisco Carrera, como dirigentes de la acción violenta. 
El falangista y militar impune con el arma del crimen en la mano.

 Los abogados de la acusación no lograron que testificara Manuel Fraga, ministro de la Gobernación y que el día de los sucesos se encontraba en viaje oficial a Venezuela (tras su vuelta, manifestaría que los incidentes no habían sido más que una «pelea entre hermanos»)[9]. Sin embargo, a estos crímenes les fue aplicada la Ley de Amnistía de 1977, y los acusados, sin haber sido juzgados, fueron liberados, al quedar extinguida su responsabilidad penal.
Este dejo escapar a Sixto, nunca fue juzgado.

En sentencia de la Audiencia Nacional de 5 de noviembre de 2003[10] se reconoció a los dos asesinados como "víctimas del terrorismo", remitiéndose a la Sentencia dictada por el Tribunal Supremo de 3 de julio de 1978, siéndole entregada a una de sus viudas la "Medalla de Oro" de Navarra.

Referencias
[1] http:/ / www. eka-partidocarlista. com/ SENTENCIA. zip
[2] Gregorio Doval (2007). «Los sucesos de Montejurra». Crónica política de la Transición (1975-1982) (1ª edición). Madrid: Síntesis.
pp. 195-199. ISBN 978-84-975653-5-6.
[3] Manuel Fraga y Montejurra 1976, más de 35 años de lucha (http:/ / www. noticiasdenavarra. com/ 2012/ 01/ 16/ politica/ navarra/
fraga-y-montejurra76-35-anos-de-lucha), Deia, 16 de enero de 2012.
[4] Diego Carcedo (febrero de 2004). Sáenz de Santa María. El general que cambió de bando (1ª edición). Madrid: Temas de Hoy. pp. 148-155.
ISBN 84-8460-309-1.
[5] Montejurra-76: crimen de Estado sin castigo (http:/ / www. elmundo. es/ 2001/ 05/ 06/ espana/ 991175. html), reportaje del diario El Mundo,
6 de mayo de 2001.
[6] Montejurra 76, cuando la fiesta se tiñó de sangre (http:/ / elpais. com/ diario/ 2006/ 05/ 09/ espana/ 1147125625_850215. html), El País, 9 de
mayo de 2006.
[7] Entrada de Montejurra (http:/ / www. euskomedia. org/ aunamendi/ 81558/ 55857?idi=es) en la Bernardo Estornés Lasa - Enciclopedia
Auñamendi.
[8] Un hombre 'clave' en la conexión entre servicios secretos españoles y la guerra 'sucia' contra ETA (http:/ / elpais. com/ diario/ 1987/ 03/ 30/
internacional/ 544053606_850215. html) El País, 30 de marzo de 1987
[9] «La calle es mía» (http:/ / www. diariovasco. com/ v/ 20120117/ politica/ calle-20120117. html) Diario Vasco, 17 de enero de 2012

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DIARIO DE NOTICIAS 16 Enero 2012


Crímenes de Estado

Manuel Fraga y Montejurra 1976, más de 35 años de lucha

Aquel 9 de mayo se vivió una actuación ultraderechista que, años después, muchos entendidos han calificado como "la primera acción de los GAL". Desde la indiferencia de los cuerpos de seguridad del Estado, hasta la reserva de las habitaciones en el hotel Irache, pagadas por el Gobierno Civil de Navarra, pasando por las armas empleadas, todo desprendía cierto olor a la participación del Gobierno. El resultado, dos muertos y el intento de acabar, de forma violenta, con un partido político.
Fermín Pérez-Nievas - Lunes, 16 de Enero de 2012 - Actualizado a las 10:59h


Montejurra 1976  Reproducir
Familiares de Aniano Jiménez y Ricardo García, asesinados en 1976, durante el homenaje dedicado por el Partido Carlista en 2004. A la izquierda el Secretario General Federal entonces Evaristo Olcina

Como en Crónica de una muerte anunciada, todo en aquel Montejurra del 9 de mayo de 1976 invitaba a pensar que algo grave iba a suceder. Los numerosos llamamientos de los periódicos de derechas a "Reconquistar Montejurra" preparaban el terreno para que el Gobierno provisional, que ocupaba el poder tras la reciente muerte del dictador, dibujara una de las páginas más oscuras de la transición.
La espesa niebla que todo lo cubría y empapaba, en aquella fría mañana, se convertía en el aliado perfecto para la acción armada organizada por la ultraderecha española con la colaboración y beneplácito del ayer fallecido Manuel Fraga, el ministro de Gobernación por aquel entonces.

Desde tres semanas antes del 9 de mayo de 1976, varios periódicos llamaban a recuperar Montejurra
"Este año, el ambiente en torno a Montejurra estaba enrarecido y todos, más o menos, esperábamos o temíamos un enfrentamiento atizado no por los carlistas, sino por los intereses que nada tienen que ver con el carlismo. Estaba en el aire que iban a aprovechar Montejurra para una especie de pulso nacional que ha resultado irreparable y sangriento.

Lo advertimos en nuestro periódico, previendo unas consecuencias dolorosas", afirmaba Diario de Navarra el 11 de mayo de 1976. Desde tres semanas antes del 9 de mayo, en las páginas de El Alcázar y El Pensamiento Navarro se hacían reiterados llamamientos para recuperar Montejurra "para el tradicionalismo y el verdadero carlismo" y alejarlo de la "profanación marxista y separatista" que, a su juicio "había profanado el monte sagrado".

Sin mediar palabra, Marín se giró 45 grados y, sin pestañear, le diparó a Aniano en el vientre
Además el ministro español de Asuntos Exteriores, José María de Areilza, entregó un mensaje verbal al embajador de los Países Bajos en Madrid, para que comunicara al gobierno holandés que si Carlos Hugo y su mujer, la princesa, Irene (líderes entonces del Partido Carlista) asistían al acto de Montejurra, no respondían de su seguridad personal. Las pintadas, en Pamplona, de "Montejurra rojo, no" o "Moriréis, EKA", sin duda no eran buen presagio. DÍA 9 Hasta veinte habitaciones fueron reservadas y pagadas por el que era Gobierno Civil de Navarra, en el hotel Irache, donde se reunieron un complejo entramado de ultraderechistas compuesto por: militares descontentos por la reforma democrática, militantes de Fuerza Nueva y miembros de la autodenominada Comunión Tradicionalista, activistas violentos de la Triple A, Batallón Vasco Español, Guerrilleros de Cristo Rey, mercenarios argentinos, italianos y franceses y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que, por su ideología, no encajaban las reformas hacia las que caminaba el país. Semejante cóctel contaba además con la presencia del hermano de Carlos Hugo, Sixto, que abanderaba todo el entramado que se había gestado para la Reconquista de Montejurra.

A los sones de tambores y cornetas, y con uniformes, alrededor de 250 hombres marcharon en formación militar desde el hotel en dirección al Monasterio de Irache, desde donde partía el Vía Crucis que, tradicionalmente, recorría Montejurra en dirección a la cima. Entre ellos algunos hombres que, lamentablemente, años más tarde, serían célebres. Muchos de ellos portaban no sólo unas porras amarillas que les habían proporcionado los organizadores de la operación sino, varios de ellos, incluso pistolas. Al llegar a las inmediaciones del monasterio comenzaron a oírse gritos e insultos. Se oyó un silbato y dos columnas se abrieron en los laterales, al tiempo que las del centro arremetían.

Antonio María de Oriol llamó al general Campano para decirle que había sido un fracaso parcial
Las piedras volaban y las agresiones cuerpo a cuerpo se produjeron en un primer ataque de los ultraderechistas que golpeaban con sus porras de hierro, de las que los carlistas se defendían con sus makilas.

Tras un primer envite se produce cierta calma, que precederá a la tempestad. El carlista Josep Aluja se encaró a un hombre vestido con una gabardina, una boina roja y las letras RS, como muchos agresores, en su brazo. Era José Luis Marín García Verde. El hombre de la gabardina le aseguró que venía a "limpiar Montejurra de comunistas", a la vez que extraía una pistola FN Browning, del 9 corto. A la izquierda de Aluja se destacó Aniano Jiménez Santos, militante carlista de Santander que le gritó "cobarde".
Sin mediar palabra, Marín se giró 45 grados y sin pestañear le disparó un tiro en el vientre. Aniano se dobló y cayó, siendo sujetado por Eustaquio Jáuregui, de Pamplona. Semiinconsciente, dijo que no podía dar su nombre porque estaba fichado por la policía por repartir propaganda. Le llevaron hasta la puerta del monasterio para su traslado. Tres días más tarde fallecería en el Hospital de Navarra. Ante la situación, varios carlistas sacaron de su Land Rover a los guardias civiles que, sin actuar, asistían desde el coche al enfrentamiento desde el principio.

Después de decir que no habían actuado porque "cumplían órdenes", se pusieron delante de los agresores con los brazos en alto y pidiendo calma, dando lugar a que éstos se dispersaran sin pedir identidades a ningún agresor, ni siquiera por portar armas, aunque sí lo hicieron a quienes les habían sacado del coche. Hacia la cumbre Tras los disturbios, el Vía Crucis se inició y se dirigió hacia la campa de Montejurra, donde se unió a todos los que subían a la misa en la cima. La incredulidad de quienes venían de sufrir las agresiones se llenó de indignación, cuando al comienzo del ascenso había más de cien policías nacionales con cascos, escudos y toda la parafernalia antidisturbios.

Ni uno sólo se movió. A la comitiva se unió Carlos Hugo que siguió los pasos de su mujer la princesa Irene. Pese a las noticias que corrían de boca en boca, muchos en la subida ignoraban lo que había sucedido. En la cumbre, entre la niebla, un grupo de unos 20 hombres se habían hecho fuertes, después de haber pasado la noche. La Guardia Civil no sólo hizo caso omiso a dos jóvenes carlistas que lo denunciaron la noche anterior, sino que los mantuvo en la cárcel hasta que terminaron todos los sucesos.

Hacia las 11.00, Sixto había llegado ya a la cima y junto con José Arturo Márquez de Prado, mandaban un grupo de hombres armados con pistolas y con una ametralletadora que esperaban junto a la gruta, desde donde se domina todo el ascenso. Cuando los primeros carlistas llegaron a 50 metros de la ermita increparon a Sixto que se disponía a dirigir unas palabras. Entonces Márquez de Prado, empuñando una pistola ordenó, "¡haced fuego raso!".

Primero se oyó una ráfaga del arma automática, seguida de disparos sueltos, y una nueva ráfaga. Entre la muchedumbre, a apenas 100 metros de la gruta del cristo negro, alguien gritó, "¡un médico, por favor, un médico¡".

Un joven sostenía entre sus brazos a un muchacho pálido. Pese a que le practicaron la respiración artificial no se pudo hacer nada.

Ricardo García Pellejero, obrero de Estella de 20 años, descendió ya cadáver de Montejurra, con un disparo en el costado y otro en el corazón. Después de los gritos y el alboroto, varios carlistas decidieron subir a la cumbre pero ya no había nadie. Encontraron diversa munición de la pirotecnia militar de Sevilla y algunos alimentos abandonados. El resto de carlistas, que en número de 25.000 acudieron ese día a Montejurra, celebraron una misa en la décima cruz.

El presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, acudió al hostal Irache para telefonear al general Campano, director general de la Guardia Civil, y decirle que la operación ha sido un fracaso total y que lo conveniente es que Sixto desaparezca.

Las consecuencias

A raíz de los incidentes, Sixto de Borbón fue expulsado de España,[4] sin que se le tomase declaración judicial. Con posterioridad y a requerimiento de terceros y de la acusación gestionada por el Partido Carlista, fueron detenidas varias personas acusadas de homicidio. La investigación terminó en el Tribunal de Orden Público, cuyo juez la cerró el 4 de enero de 1977 con el procesamiento de tres personas: José Luis Marín García-Verde, como responsable de los asesinatos, Arturo Márquez de Prado y Francisco Carrera, como dirigentes de la acción violenta. Los abogados de la acusación no lograron que testificara Manuel Fraga, ministro de la Gobernación y que el día de los sucesos se encontraba en viaje oficial a Venezuela (tras su vuelta, manifestaría que los incidentes no habían sido más que una «pelea entre hermanos»). Sin embargo, a estos crímenes les fue aplicada la Ley de Amnistía de 1977, y los acusados, sin haber sido juzgados, fueron liberados, al quedar extinguida su responsabilidad penal. En sentencia de la Audiencia Nacional de 5 de noviembre de 2003[6] se reconoció a los dos asesinados como "víctimas del terrorismo", remitiéndose a la Sentencia dictada por el Tribunal Supremo de 3 de julio de 1978, siéndole entregada a una de sus viudas la "Medalla de Oro" de Navarra. 
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Ocho meses despues los fascistas seguian su sangrienta carrera con la matanza de Atocha. El juez instructor  de Montejurra tambien instruyo Atocha, años despues fue juzgado por delito comun y apartado de la carrera judicial. El Partido Carlista y el Partido Comunista fueron heridos politicamente y aun quedaban los anarquistas y a esos se les monto otra parecida nunca aclarada, como las otras dos.. La secuencia no engaña y sus protagonistas a mayor gloria de este Regimen actual, tampoco. Y no olvidamos la larga serie de crimenes politicos de aquel tiempo empezando por el de Yolanda Gomzalez, cuando los ciudadanos volaban y los disparos al aire les alcanzaban. Y la farsa siguio.

Esa es la Transicion que quieren vender como modelo a otros paises, una larga cadena de claudicaciones, y verguenzas teñidas de sangre. Los Guerrilleros de Cristo Rey supuestos tradicionalistas y otras bandas que culminarian en el GAL todavia viven, IMPUNES.

Y VOLVIMOS Y VOLVEREMOS A MONTEJURRA, HOY UN SIMBOLO MAS DE LA RESISTENCIA CIVIL Y POLITICA A ESTE REGIMEN.

Y finalmente una pregunta que nunca se contestara ¿Donde estaba el capitan Casinello de E.M. en mayo del 76?  Yo tenia el llavero de su hermano el de Bilbao con el aguila. Era un llavero corriente de lo mas vulgar. El se lo regalo en los 90 a una persona y esa persona me lo dio a mi. Poco despues el otro Cassinello murio de muerte natural. La verdad es que nunca me ha traido suerte, hoy ni se donde esta. Curioso ¿Verdad? Y Amedo ¿Que hacia y donde estaba por aquellas fechas. Seguro que todo el mundo cumpliendo con su deber. ¿Por que no creerlo?

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