16 nov 2013

Cuando la estrategia se transforma en hipocresía






Aqui les pongo la reflexion del militante que firma como Salduie en el Foro del Partido Carlista de Madrid acerca de la deriva del PSC y el oportunismo del PSOE, que ya viene de muy lejos...

Cuando la estrategia se transforma en hipocresía

by Salduie (no login)
En pocos días, el PSOE nos ha obsequiado con dos actuaciones -y declaraciones- que, rebasando las fronteras de lo que se podría considerar como pirueta o habilidad política, entran ya con pleno derecho en el terreno de la hipocresía interesada, en un intento -supongo que desesperado y probablemente frustrado de antemano-, de "nadar y guardar la ropa" simultáneamente. Conducta que, por cierto, no nos pilla desprevenidos a los que tenemos cierta edad a quienes, en la década de los 70 del siglo pasado, se nos cortó el aliento -mezcla de sorpresa y de indignación- cuando los entonces máximos responsables de ese partido, haciendo una demostración inolvidable de prestidigitación y de oportunismo, de un día para otro se sacaron de la manga la "Plataforma Democrática" frente a una Junta también Democrática preexistente, en cuya fundación -dicho sea de paso- habíamos participado los carlistas. El invento, como se pudo comprobar al poco tiempo, no tenía más objeto que el de pivotar o ponerse al frente de la procesión-oposición, objetivo que para el PSOE debía ser lo importante, aun cuando una decisión así comportara un golpe considerable a los que abogábamos por la ruptura, y el inevitable desleimiento y desnaturalización del proceso de la Transición, cuyas adversas consecuencias podemos apreciar e incluso padecer todavía al día de hoy de forma meridiana.

Voy a referirme a la publicitada Conferencia celebrada por el PSOE hace justo una semana y, concretamente, a una de las propuestas que allí se debatieron, y que se resolvió de una forma muy en consonancia con ese estilo que, como acabo de recordar, le viene de antiguo. Resulta que la mayoría de las 70 enmiendas que se habían presentado en relación con la propuesta sobre la forma de gobierno, abogaban por la defensa en cuanto a promover un referéndum en el se consulte la opinión o preferencia de los españoles entre las dos modalidades de la famosa dicotomía monarquía/república. En esta ocasión, fue Jáuregui el que consiguió arrumbar las numerosas enmiendas, sacándose de la manga una pretendida -pero vieja ya- "vía intermedia" que, con el fondo de los pitidos de una parte de los asistentes a la Conferencia, sin embargo consiguió prosperar bajo estos términos:
"El PSOE reivindica su tradición política republicana pero cree que debe mantenerse el consenso constitucional sobre la Monarquía. No es posible un acuerdo alternativo en nuestro actual panorama social". Y no contento con la anterior filigrana, un tanto gastada por el uso, se permitió añadir unas cuantas salvas festivas de esas capaces de alegrar el humor del personal, amén de alguna sabia disposición previsora de las que pueden servir para que la gloriosa institución continúe al servicio de varias generaciones más de españoles: "Reclama a la institución monárquica el máximo respeto al reparto de poderes y que responda con eficiencia, austeridad y transparencia a sus funciones institucionales. Pide que se regule la abdicación y la figura del Príncipe".

Se acaba de producir también, una segunda anécdota -por calificarla de alguna manera-, esta vez a cargo del PS de Cataluña, el cual se encuentra en este momento todavía dentro de la ortodoxia del PSOE, como es sabido, aun al precio de que la última deriva pueda conducir a su resquebrajamiento, como estamos en vísperas de comprobarlo, con bastante probabilidad. Resulta que la apuesta que el PSC había hecho hace por lo menos un año por el "derecho a decidir" de los catalanes, y que ha sido la postura oficial que mantenía hasta hace unos días dicha organización, de buenas a primeras ha sido objeto de una auténtica "vuelta del revés del calcetín", en un ejemplo paradigmático de lo que se condensa en la frase esa de "donde dije digo, digo Diego". Esta es la explicación, también oficial, de un cambio de 180 grados, de esos capaces de sorprender al "más pintado":
"Insistir en esa idea -la de pedir al Estado español la cesión de la competencia de convocar consultas al amparo del art. 150.2 de la Constitución-, solo perjudica a los intereses de los que de verdad quieren la consulta, y que las verdaderas intenciones de CDC y ERC, los impulsores de ese movimiento, pasan por tratar de dejar en evidencia la falta de sentido democrático del Ejecutivo central".

He aquí otro ejemplo práctico de cómo la pirueta política puede transformarse, a decir verdad, en un descarado ejercicio de la hipocresía, con perdón.
 
 

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