11 nov 2013

¿Atado y bien atado?





EN PORTADA. (Madrid Carlista 56)

Sí, sin duda así se nos dejo el futuro como herencia, atado y bien atado, pese a los subterfugios y maniobras varias encaminadas a hacernos creer que todo había cambiado.

Si hemos elegido el símbolo de la portada es sin duda porque ahora mas que nunca el nudo gordiano de las autonomías necesita ser resuelto, pero no a golpe de espada precisamente.

El sistema autonómico, formula federal atípica, nos hizo creer en un espejismo de posibilidades de desarrollo posterior encaminadas a dar cauce a otras formulas mas lógicas, que lejos de atar a un centralismo inmovilista, dejasen paso a un sistema en el que la libre elección de los pueblos tuviese cabida sin desgarros.

Pero cuando los incipientes intentos (recuérdese Plan Ibarretxe o Estatut) fueron segados en raíz, cuando el bipartidismo centralista del PP y PSOE ignoraron el sentir de ciudadanos respaldados por su innegable derecho a decidir, quedó evidenciado que el camino solo tenia como posibilidades o el inmovilismo o el retroceso. Y así es, pese a los conversos federalistas, a los que deberían aclarar las diferencias de las formulas federales para que no sigan cayendo en el ridículo de ignorar el significado de lo que su boca dice y su cerebro niega, el poder de la "desinformación" sigue su rodillo atacando libertades y manipulando voluntades valiéndose de los medios informativos mayoritariamente de su propiedad.

Se esta jugando equivocadamente al enfrentamiento, se está ofendiendo por ignorantes a unos y por insolidarios a otros, se esta haciendo de las Españas una división irreconciliable que ya iniciaron los "padres" de la Constitución al diferenciar a unos de otros, cuando debieron fijar una línea de desarrollo autonómico encaminado a igualar con aquellas autonomías que históricamente habían sido capaces de conservar los derechos, que no privilegios, de sus pueblos. La formula quedo encadenada entre leyes Base de futuros desarrollos a propuesta de las Comunidades y leyes Marco amordazantes y encargadas de recortar las anteriores hasta límites irreconocibles.

Y como era de esperar, nos encontramos al fin con una situación casi irreconciliable (siempre, si se tiene voluntad, puede encontrarse la vía pacifica a los enfrentamientos). Catalunya, comunidad histórica que durante esta etapa post-dictatorial ha dado lecciones de dialogo y deseos de entendimiento pacifico, se rompe interiormente entre dos radicalismos. Del irrenunciable derecho democrático a decidir, negado insistentemente, se hace arma arrojadiza y despreciativa contra el resto de los ciudadanos, se polarizan ideologías, se busca el enfrentamiento, cuando a falta de dialogo la razón se sustituye por la descalificación.

La realidad nacional no es el punto diferenciador catalanista, aunque venga bien desviar la atención a esa deriva, la realidad nacional no es ya ni la ira por el mal gobierno, es desgraciadamente el desencanto, el abandono, la impotencia ante el asalto a los derechos que dejan de serlo para convertirse en obligaciones en beneficio de los que nunca dejaron el poder en la sombra, de quienes herederos de aquel ATADO Y BIEN ATADO, han utilizado durante unas décadas el tira y afloja para calmar mas que deseos interiores, imposiciones exteriores indispensables para su incorporación a los lobbys económicos.

Se ha entrado contra la democracia, como en aquella magnifica película, Zorba el griego, se entraba en casa de la difunta, hay que llevarse todo, los derechos a la educación, a la sanidad, las prestaciones sociales, el miniestado de bienestar que se había ido consiguiendo dolorosamente, ilusionadamente.

Y las Españas, si Dios y los españoles no lo remedian, retornaran a ser simplemente símbolos de tela, banderitas a colocar en las fiestas locales sin mayor sentido que el puramente folklórico. 

Nosotros, los carlistas, desde el principio, renunciamos a la herencia sabiendo que con los breves beneficios asumíamos deudas impagables, unos beneficios que a la larga serian embargados por los acreedores de siempre.


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