9 may 2013

Montejurra 2013. Discursos Jesus Maria Aragon





SE HACE CAMINO AL ANDAR

Eguerdi on lagunok, buenos días, compañeros/as.
Habría tantas cosas negativas que remarcar en un acto político como éste, por parte de un Partido político como el nuestro, el Partido Carlista de las Españas… Y si siquiera sirviera de desahogo…; pero ni eso. Me voy a atrever a resumir esta situación descuadrada con una palabra, o dos: asco, náusea. Esa es la reacción que provocan las decisiones y explicaciones de este Gobierno del Partido Popular que padecemos, y que no nos merecemos.
Por la calle, al comentar las explicaciones que da este Gobierno de las decisiones que toma en la actual situación económica, se oye la expresión: “nos toman por tontos”. Pero los tontos son ellos, los que dicen semejantes estupideces. Viven en otra onda; en la onda del que tiene la vida resuelta y vive a costa del sudor del de enfrente
Pero en la vida social, un cierto sentido del ridículo es necesario. Entre ellos, en sus cócteles que digan las tonterías que quieran y que se rían sus gracias, si quieren; pero en público, al hacer uso de la tribuna de la que disponen, tienen que moderarse, porque la situación social no está para “echar cohetes”. Vivimos en un mundo de límites, y ellos también tienen que atenerse a esos límites; y si no los ven, tenemos que hacérselos ver.
La estupidez humana también tiene límites, a pesar de las dudas de Einstein (y de las mías).
No se puede decir “que se jodan”, hablando de quitar un subsidio a los parados.
No se puede decir que de las entradas de dinero, y de las libretas de los bancos, o de las Cajas, se ocupa el marido, o la esposa, y que en cuestión de coches no sabe distinguir entre un Ibiza y un Jaguar.
No se puede decir que el PP es un Partido que crea empleo, y que, es más, en el primer año de Gobierno crearían 3 millones de puestos de trabajo. Llevan año y medio en el Gobierno y lo que han creado ha sido millón y medio más de parados.
No se puede decir que la reforma laboral hecha por el PP frena en 400 diarios la destrucción de puestos de trabajo, cuando vemos que la cifra del paro no cesa de subir y ya hemos sobrepasado los 6 millones 200.000.
No se puede hablar de “movilidad exterior”, hablando de la emigración, porque sabemos que a lo que significa esa palabra se acerca más la definición surgida en el ambiente del movimiento “15-M” y “Democracia ya”: “toda carrera terminada en España tiene 3 salidas: por tierra, por mar, o por aire”.
No se puede decir que los votantes del PP sí pagan la hipoteca, y que los que no la pagan es porque son unos vagos.
No se puede llamar nazis, ni terroristas, a los que participan en los llamados “escraches”, porque no hacen sino expresar su desesperación, y pedir ayuda, una salida a su terrible situación. Los escraches son el dedo que apunta a la Luna de los desahucios de la vivienda habitual, y que son el problema real y verdadero, que niegan el derecho constitucional a un techo, a una vivienda digna, a la intimidad, que truncan proyectos de futuro, que siegan vidas humanas. Porque han hecho tan hondo el pozo, que hasta de día podemos ver las estrellas desde el fondo de ese pozo; nos están dejando a la intemperie.
Y conste que desde el Partido Carlista no priorizamos los escraches porque son ocasión para que se puedan infiltrar los indeseables.
No se pueden aplicar las mismas medidas educativas en una España con el 30% de abandono escolar que en otra España con el 12%, porque en la más optimista de las hipótesis, se quedaría en el 21%, y todo lo que pase del 8%, es excesivo fracaso escolar.
No se puede decir que las parejas del mismo sexo no pueden disfrutar de los mismos derechos que las heterosexuales al no contribuir al futuro biológico y demográfico de la Humanidad. Si decir eso no es nazi, se le acerca mucho. Y no se puede fiar al paso del tiempo, como hacía Franco, la buena resolución de algo que, en principio, podemos considerar como positivo, en este maremagnum de negatividad: ETA ya no acosa, ya no extorsiona, ya n secuestra, ya no mata, y está dispuesta a entregar las armas y disolverse. Me gustaría añadir, con algún fundamento, claro, que también está dispuesta a pedir perdón y a ofrecer algún tipo de reparación. Porque es mentira, una más, que el tiempo lo arregle todo. El tiempo es un elemento más de los varios que son necesarios para que la herida sane, cicatrice, y quede una marca más o menos visible. No podemos renunciar al común, a lo que compartimos las personas; no podemos renunciar a pensar, al don de la palabra. Es preferible que hablemos las personas, aunque nos parezca que hablamos lenguajes distintos, que no nos vamos a entender, y que vamos a necesitar intermediarios, o intérpretes, a dejar un resquicio por el que se pongan a hablar su lenguaje de odio y de muerte, los puños, las porras, las pelotas de goma maciza, las pistolas, las bombas.
No se puede decir que la muerte de una persona es un accidente, porque es una tragedia; causada por un accidente, tal vez, pero aún así, el daño causado hay que repararlo. La actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado también ha de sujetarse a unos límites.
No se puede decir que porque hace 5 años, un alicatador, “metiendo más horas que el perro de Imenasa”, ganase al mes 5.000 €, haya que ver como algo normal que ella los recibiese por dos medias horas de sesiones consecutivas de un cuarto de hora cada una; ni que ella entiende que hoy puede llamar la atención ese hecho, si es que el alicatador está en paro…, que ella es muy capaz de comprender…y tal y tal.
No se pueden decir esas estupideces en público; no se puede. Los ciudadanos nos merecemos un respeto, algo básico en la convivencia social.
Pero, ¿qué podemos esperar de un conjunto de incapaces?, pues un Gobierno incapaz. Y no lo digo por faltar, o por decir algo llamativo, sino porque no han conseguido el objetivo que se propusieron de reducir el déficit público, el leit-motiv de su actuación de Gobierno, a pesar de que la “troika”se lo relajó en 2 puntos del Producto Interior Bruto, ni a pesar de los alocados recortes en el común, en lo que podemos considerar como bienes comunales reales: recortes en Sanidad que es la que nos permite disfrutar de la vida cada día, con los que tenemos cerca; recortes en Educación que es la que nos posibilita una igualdad de oportunidades para desarrollarnos en la vida; recortes en Cultura, que es la vida en disfrute, la vida disfrutada.
Y por eso tiene que presentar la dimisión este Gobierno incapaz del PP y convocar elecciones generales, o un referéndum confirmatorio, o reprobatorio.
Y es que no son demócratas. Han accedido al Gobierno en unas circunstancias concretas, mediante engaños, a través de la propaganda de unos poderosos Medios de Comunicación, y de una Ley electoral sesgada, injusta. Imponen recortes y sacrificios a los ciudadanos normales, los que no tenemos medios de fortuna y tenemos que ganarnos el pan de cada día con el sudor de nuestra frente, mientras ellos se siguen enriqueciendo; y además lo justifican diciendo que todos haríamos lo mismo, puestos en la ocasión y teniendo oportunidad de hacerlo, ya que, quién más quién menos, todos estamos dispuestos a no pagar el IVA, a detraer impuestos… Y así generalizando su tendencia a la corrupción hacen leyes y reglamentos en su propio beneficio particular, familiar, o de grupo social (como ejemplo, el clan Rajoy-Gallardón en lo que se refiere a los asuntos de Notarías, Registros de la propiedad, y acceso a la Justicia). Afirmaciones de ese tipo sólo indican, con certeza, que el que las hace ya está dentro de la dinámica “corruptor-corrupto”.
Por otro lado, tanto en la calle como en la prensa, se puede ver el estupor de la gente ante tanto caso de corrupción entre los políticos, sobre todo del entorno del PP, porque aquí, a diferencia de lo que pasa en otros países de nuestro entorno europeo, no suelen dimitir, ni devolver lo ilícitamente adquirido, ni van a la cárcel…, con lo cual también la Justicia, los jueces, quedan en entredicho.
Nadie da lo que no tiene. Franco no era demócrata y no se podía esperar que de su mano llegase la Democracia a las Españas, a través de la persona que nos impuso en la Jefatura del Estado para sucederle a él. Así, todos asistimos al triste espectáculo que nos ofrece la familia que ha formado en torno suyo: el marido de caza en Botsuana, la mujer de pesca en Londres, el yerno pillando lo que puede por aquí y por allí, en compañía de la segunda de las hijas, la hija mayor divorciada, y el que llaman heredero se deja bendecir su matrimonio con una divorciada, por alguien que amenaza con la excomunión a los divorciados, y que no contento con esa contradicción está dispuesto a bautizar a todo vástago que surja en tan extraña familia. ¡Triste espectáculo el que nos ofrece la familia que nos legó el Dictador Franco!. La corrupción mancha todo lo que toca.
Y mientras tanto, el, en teoría, director de esta orquesta del Gobierno del Estado, nos pide paciencia mientras él está ensimismado esperando a ver qué pide por esa “boquita de piñón” su niña bonita, presentada 4 años después de su anuncio. ¡En mala hora!. Es alemana, y se llama Angela, y Rajoy está dispuesto a todo, y más, por ella; al parecer le gusta mucho el papel de colores y unas cosas redondas metálicas; se pasa el día jugando con ellas, en compañía de unos connacionales suyos, sin percatarse del peligro de incendio que están generando al no dejar jugar a los demás en las mismas condiciones.
Por eso es necesario que la Etica sea la guía en la acción política, en las decisiones que se toman, en las explicaciones que se dan, y es lo que tienen que percibir en nuestro comportamiento público los que no son Carlistas. La “piedra de toque” de una postura democrática es el comportamiento ético. Etica sin caer en el moralismo. El político no tiene por qué ser la mejor persona del país, como no tiene por qué ser el más inteligente, o el que más sabe de todo, pero sí tiene que estar por encima del nivel medio exigido en la vida social; tiene que ser honrado, y parecerlo, en los signos externos de su conducta.
Un político no puede “irse de rositas”, ni sentirse con las espaldas seguras de que los hechos escandalosos, porque no superan el nivel ético medio, (y por eso mismo son ilícitos), han sido hechos legalmente, porque antes se habían fabricado unas leyes o normas que les permitían hacer esos hechos. No se puede absolutizar la Ley, ni la norma, ya que la Ley, para ser tal, tiene que ser justa, tiene que ir dirigida al Bien Común de la mayoría, tiene que dar las mismas oportunidades a todos, y no sólo a unos pocos “elegidos”.
Los Carlistas, en política, no absolutizamos nada, ni siquiera el Partido, y nuestro guía es el ser humano, el respeto básico a su dignidad intrínseca, que se traduce en un comportamiento público bajo el norte de la Etica; andando así es como vamos haciendo camino.
Por todo esto sigue siendo necesario tener presente lo que dijo el Rey Carlos VII: “si el País es pobre, vivan pobremente el Rey y sus Ministros”.
¡Animo y adelante, compañeras/os..
¡VIVA EL PARTIDO CARLISTA!
Montejurra, 5 de mayo de 2013
Jesús Mª Aragón Samanes

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