4 jun 2013

Un relato carlista: "La sentencia de Santacruz"







La habitacion de Santacruz, austera en mobiliario, y pretensiones, reflejaba bastante la preocupacion del inquilino, si asi podía llamarsele, por el abandono de los placeres mundanos, empezando por el de la comodidad del artefacto denominado cama, pues la suya, hierro viejo que debio trabajar Vulcano por el aspecto desvencijado, no aimaba siquiera a una mísera siesta.

El porte de Santacruz, pese a años de penalidades, seguía siendo el de un hombre acostumbrado a bienmandar y malobedecer. La puerta del tabuco, no daba para mas nombre la estancia, se abrió y entraron dos hombres de uniforme, uno de ellos con las insignias de capitan de caballeria. Llevaba las manos atadas a la espalda. Santacruz le examino con detenimiento e hizo una seña al soldado.

- Déjanos solos. ¿Asi que es usted el capitan de la Iglesia, navarro y de casta?. Mucho apellido me parece a mi para tan poco hombre - El otro le interrogo con la mirada- Porque debe saber que su fechoria de esta madrugada pasada cuando los mios entraban en este pueblo ha sido muy sonada. Para empezar, debe ser usted un cobarde desertor, porque sus caballos y su escuadron estan bastante lejos de aquí. Asi que ya esta usted muerto. Esa historia de que le robaron el caballo en la retirada y se quedo atras no es muy convincente. Pero es que además esta lo otro... Que el molinero de aqui le haya sorprendido forzando a su hija contra la Ley de Dios. Eso no es de piquete. Eso, le digo yo que es de cuerda y arbol. ¿No es justo que de satisfaccion a ese padre colgandole?

- Visto asi...- De la Iglesia trataba de comprender lo que queria decirle Santacruz sin conseguirlo.

- Me cuenta quien le conoce que ha sido usted compañero suyo de sacristania en tiempos. Sacristan y navarro... Mala recomendacion para mí, que por cura tengo a todos ellos por ladrones sacrilegos y farsantes de boca. Porque robar vino sacro y adelgazar cepillos no es avenirse con la Iglesia, volvemos a su apellido, precisamente.

-. ¿Y que piensa hacer?

- Silencio. Capitan Jesus Maria de la Iglesia, por lo primero le fusilaria con dudas. Por lo segundo le colgare con seguridad.

- Pero hay otra posibilidad...

- ¿No habra pensado que le voy a soltar?

- No. Pero la verdad es que la chica y yo...

- ¿Y pretendes que yo indulte tu lujuria? Estas hablando con Santacruz, terror de liberales y aun de carlistas que no cumplan.

- Nada de eso. Es que en algunos sitios de las Españas...dicen que si la mujer quiere y el se casa... le perdonan la vida.

- ¿Y como expiaras tu pecado? ¿Ibas encima a desertar por ella? Traidor. ¡ Fermin! - El soldado se apresura a entrar- Llevatelo al molino y en presencia del molinero le preguntas a su hija si quiere casarse con un oficial carlista. Si dice que no le cuelgas del arbol mas cercano sin mas tramite. Si dice que si, te vas a ver al cura y que les case por inminencia de muerte, que lo he dicho yo. Y luego me lo traes. Asi que si no se muere de miedo antes, Jesus Mari de la Iglesia, capitan del Rey, sacristan en Navarra, mala cosa..., a lo mejor salvas la vida. Llevarselo.

- Al quedar solo, Santacruz se mira un momento en un espejo desvaido. Es una mala semana. Ha tenido que retroceder con sus hombres y no se sabe que haya fusilado a nadie.Sonrie como si le costara esbozar un rictus. ¿Quien no ha sido sacristan alguna vez? Santacruz, por ejemplo...

- Tres horas despues el asistente se presenta con el oficial de la Iglesia que lleva su uniforme recompùesto y una sonrisa de satisfaccion, lo que desata las iras de Santacruz.

- Yo no sonreiria, señor oficial. Acaba de condenarse a vivir con una mujer el resto de sus dias y aun sonrie...

- Los designios del Señor son inexcrutables.

- No me venga con letras de Iglesia, que conmigo no le han de valer. Por cierto, tuve hace poco por aqui a un jefe de partida, Caradeplata le llaman, segundon del marques de Bradomin, hombre de vida disipada el padre y parece que el hijo pretende superarle. Se vio, como usted, a punto de ser fusilado, pero pidio que yo tuviera un gesto y que el pudiera morir por Dios y por el Rey frente al enemigo, sin retroceder un paso. Me convencio. Le mande al asalto con mi asistente detras con la pistola amartillada. Ibamos a ver el supuesto valor de los segundones. Un paso atras y recibiria un balazo en la espalda. Asi que alla fue. Al dia siguiente y tras la toma de la posicion liberal volvieron los dos, Caradeplata y el asistente, ambos con un balazo en el pecho. Al asistente le enterre esta mañana. Y la herida de Caradeplata, de frente, tiene muy mala pìnta. En lugar de morir como un carlista o como un cobarde sigue empeñado en desafiarme... Pues el cirujano sera su juez y Dios su apelacion. Puedo hacerle un buen responso. Un Bradomin no mereceria menos.

El gesto intranquilo del capitan de la Iglesia dio a Santacruz la sensacion de que iba comprendiendo.

- Y en cuanto a usted no podra quejarse. Ha evadido por el santo matrimonio la fechoria de la moza pero le queda lo otro. Si quiere morir sentado puedo fusilarle ya. Y la alternativa es que tengo otro asistente... Es usted oficial del Rey y el valor se le supone. De modo que mañana ira con la vanguardia de mis hombres. Un tiro de frente y es usted un heroe. Retroceda y soy capaz de enterrarle sin cruz. Y ahora, vaya a cenar, solo... Y medite sobre la suerte de los desertores a la Causa. Si mañana vuelve, su mujer tendra tendra un marido cumplidor y si no... tierra. Buenas noches, señor de la Iglesia. Demuestre que es navarro y leal.

Y el cura Santacruz no dijo mas mientras se llevaban al prisionero. En sus ojos brillaba la esperanza de que el capitan del Rey Jesus Maria de la Iglesia, navarro y sacristan, cumpliera con su deber y afrontara el juicio del Altisimo y las balas liberales y que al igual que Caradeplata sobreviviera.

Rechazo mentalmente las ideas sobre un proximo responso para el oficial navarro y acto seguido mando dar otro ataque sobre la cercana villa para indigestar la cena al enemigo.

Tales eran los caudillos carlistas de otro tiempo, siendo Santacruz el peor de ellos en sus hechos y el primero en la lealtad a la Causa. Hoy, cuando la cobardia y la traicion quieren brindar juntas lejos de Navarra, bueno seria recordar que la Lealtad es cosa de muchos pero la Causa es de todos, pese a quien pese y se llame como se llame, que siempre necesitaron los traidores esconder los apellidos siendo en exceso notorios.

Y Caradeplata... sobrevivio. Pero esa es otra historia.

Madrid 10 de Febrero 2011, Caradeplata






 













No hay comentarios: