18 sept 2019

No era Martes de Carnaval pero sonaban saetas electorales


en medio de los jeribeques de máscaras, antifaces y mascarones presididos por el Gran Macho de la Moncloa en lo profundo y mas alto de la cueva de su partido. Tal parecía Carnaval y de los mas brillantes de la década. Los títeres de cachiporra del lado derecho seguían dándose de guantazos acerca del reparto del futuro botín, haciéndose cruces dos de los tres acerca del vaticinio a cumplir de las cruentas Furias del Pueblo.

Iniciada la ceremonia pánica oficiada durante meses con el desgaste e incineración de los opositores, finalmente el Gran Jefe, Piedra Sentada exhibió sus justificaciones que nadie en su sano juicio creyó. Pero los jenizaros armados que le rodeaban motivaron aplausos fieros, frescos y jubilosos y condicionados a su triunfo pasados Todos los Santos, que es tiempo de recuerdo de Difuntos y preparación de sepulturas a los que no sobrevivan a la hecatombe griega de la abstención, sobre la que nadie quiere hacer pronósticos en serio. 

Un condottiero llamado Abascalio que llevaba una partida serrana desde el Sur llegó a hacerse una foto junto a un cañón con la pretensión insólita de vender postales para el turismo, naturalmente vestido de época, lo que para alguien que no hizo el servicio militar resultaba como poco ligeramente audaz y criticable. No obstante la Infanta Cayetana hizo notar que pese a la seriedad y reciedumbre barbada la longitud de la patilla contrastaba algo con el pelucón dieciochesco, herencia de un ex presidente del Senado de los de toda la vida. Pero los de marketing americano insistieron que su imagen de la España traicional y no sojuzgada por los progres ni contaminada por el marxismo del Vaticano era el correcto y el nuevo caudillo no rechistó. Si hasta a Francisco Franco le quisieron hacer Cardenal el escuadrón de caballeros pelotaris, aunque al final por verguenza de falda clerical se negó. En nada habría podido llegar a Papa incluso heredando al pusilánime Pío XII.

Pero esta historia la seguiremos contando después de escuchar la versión del Loco Sin Colina, caso que no esté encerrado ya.

Caradeplata.

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